Una rara sensación. Aeropuertos vacíos en pandemia, transformados en centros de vacunación. Repasamos sensaciones y pensamientos mientras transcurrimos esta «nueva normalidad.»
«Allein , allein…» (A solas… a solas) entona la nueva publicidad de los viajes a solas que están viviendo los conductores de los transportes públicos de Berlín (BVG) debido a la pandemia.
Y es que ya por estas fechas es el aeropuerto de Tegel el que debería permanecer a solas pero se resiste.
Resulta que sigue con mas tráfico de personas que su sustituto , el nuevo Berlin Brandenburg International (BBI).
 Mientras este no termina de arrancar por el cierre parcial de fronteras, aquella simple ampliación que fue la terminal C se ha convertido en un centro de vacunación masiva : maletas y tarjetas de embarque se sustituyeron por pasaportes y citas de vacunación ; la fila no determina el destino de Viena o Faro, sino de Moderna o Pfizer, que son los dos destinos de vacunas a los que se puede volar.
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He tenido la suerte de últimamente haber estado en los dos. La llegada en su día al tan esperado ( o no tanto ) BBI fue una extraño sensación de soledad. Esperar en la cinta de maletas de un avión que venía la mitad vacío donde solo se avistaba además de este destino de Málaga uno más, era para cantar esa pegajosa canción.
Por otro lado en Tegel, después de mi pinchazo resposé en un área de descanso con sillas debidamente separadas que recuerdo era la tienda del free-shop. Allí , en un lugar entre las gafas de sol y los perfumes, cerca del expositor de los riesling alemanes, una vez pinchado, sentí ganas de entonar la canción «Allein, allein…«.